Hermosa mujer que construye paraísos de ternura.
Hermosa espalda, horizonte de mis ruegos.
Te guardo besos que debería darte.
Te reservo calor intenso y delicado.
Te dedico este tembloroso aliento
que huele a tu sudor de madrugada,
a tu cuello, a tu ombligo, a tu costado.
Verte en la oscuridad encendida de placer y de sonrisa
es todo lo que debe suceder
para nombrarte amor.
Y te nombro. Amor. En el silencio.
Y te dejo esperando la palabra.
Y me escondo en tu cabello y te lo niego.
Y resguardo cobardemente el secreto.
Amor. Tiemblo.
Eres mar y yo arena desgranándose en tus besos.
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