La lengua te nombra,
la lucha te llama.
Matria, madre, hermana,
tiempo de canción.
De buscar en rondas
nuevos horizontes
De sembrar semillas
de revolución
Con mis pies descalzos
piso tus costillas.
Siento cómo sube
saber ancestral.
Corren por mis venas
lágrimas antiguas
que siguen clamando
por la libertad.
Con placer y danza,
con abrazo y tierra,
organización
y complicidad,
cruzan estaciones,
traspasan fronteras
saberes de hembras
que engendran la paz.
En otras veredas
hablan de
herejías,
de sueños, rumores
y de falsedad,
porque de la Matria
brota la energía,
que arranca mordazas
y que enseña a amar.