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jueves, 24 de junio de 2021

Una guarania para la Matria

 

La lengua te nombra,

la lucha te llama.

Matria, madre, hermana,

tiempo de canción.

De buscar en rondas

nuevos horizontes

De sembrar semillas

de revolución


Con mis pies descalzos

piso tus costillas.

Siento cómo sube

saber ancestral.

Corren por mis venas

lágrimas antiguas

que siguen clamando

por la libertad.

 

Con placer y danza,

con abrazo y tierra,

organización

y complicidad,

cruzan estaciones,

traspasan fronteras

saberes de hembras

que engendran la paz.

 

En otras veredas

hablan  de herejías,

de sueños, rumores

y de falsedad,

porque de la Matria

brota la energía,

que arranca mordazas

y que enseña a amar.

sábado, 29 de mayo de 2021

Decí más


Prefiero contarte ahora.           

Ya te lo quiero decir.                 

Antes de verte partir                 

y verme sufriendo sola,            

sabiendo que ya te añoran      

mi alma y mi cuerpo entero,     

que guardaré de recuerdo       

el perfume de tu pelo,              

tus besos de caramelo,           

como tesoro secreto.          

 

Del tiempo de la inocencia        

Conservo con esperanza,           

mariposas en la panza,              

que desafían la ciencia               

aleteando con paciencia,            

Y aliviando comezones             

que empiezan en los pezones   

me trepan el espinazo               

me rodean como brazos           

sin mediar explicaciones.           

 

 

 

 

Veo que frunces el ceño.    

Ay!  No me guardes rencor.

Te lo digo con rubor

pero también con empeño.

Es que me parece un sueño

que ya no me quieras tanto,

que no te pique mi canto,

que no te importe si lloro,

que mantengas el decoro

mientras me voy alejando.

 

Al fin y al cabo la vida

se lo tomó todo a risa,

o por lo menos a prisa.

Fue rauda la despedida.

Tu imagen reconocida

se me volvió muy distante,

tu susurro disonante,

tu alegría una utopía

 a mi amor y su agonía

se los llevó la bajante.

 

No te voy a reclamar

Y tampoco a maldecir

no se le puede pedir

al corazón palpitar,

ni al suspiro suspirar.

Pero me siento en derecho

de ofrecer lo que cosecho

y guardaré para ti.

El calor que conocí

abrazadita a tu pecho.